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Itinerario|La ciudad|Historia, fiestas y tradiciones|Infraestructuras|Las Salinas de Santa Pola

Ocio cultural

Uno de los lugares más representativos de esta localidad alicantina es el Castillo-Fortaleza, edificación que data del siglo XVI y es muestra del arte militar renacentista. Fue construido para garantizar la protección y defensa de toda la población frente a la piratería que sufrían las costas del Levante español durante los siglos XVI y XVII. En su interior albergaba las viviendas de los soldados y se sabe que hasta el siglo XVIII se mantuvieron en el castillo un alcalde, un capellán, un alférez y treinta soldados. Actualmente, al acceder a su bien conservado patio de armas, vemos como esta construcción defensiva se ha transformado en una serie de instalaciones puestas a disposición del público en general, tales como el Museo del Mar, el Arqueológico y la Sala Municipal de Exposiciones. El Museo Arqueológico, en el ala sur, cuenta con el mar como principal elemento conductor expositivo.

Realizando un completo viaje por la historia de la ciudad, se abordan tres épocas clave. Se inicia el recorrido en una cueva prehistórica donde se observan los instrumentos de caza y pesca más comúnmente usados por los primeros pobladores. Posteriormente los íberos nos muestran aspectos tan tradicionales de este municipio como el comercio marítimo o los oficios y para finalizar se recrea el Portus Ilicitanus, donde se nos muestran restos de la frenética actividad comercial de antaño. En el ala norte del castillo encontramos el Museo del Mar y la Pesca cuya información se centra en la navegación, las tradiciones marineras, el culto religioso o la carpintería de ribera, que fue desarrollándose gracias al auge de la actividad comercial marítima. La Capilla de la Patrona de Santa Pola, la Virgen de Loreto, está también situada en este Castillo-fortaleza, en el llamado Baluarte del Rey y ha actuado como lugar de culto religioso desde los orígenes de esta construcción militar.

Otro recurso interesante del municipio es el Acuario Municipal, muy visitado por la infinidad de turistas que acoge Santa Pola a lo largo de todo el año. Gracias a estas instalaciones podemos conocer mucho mejor nuestro entorno marino y las especies más comunes en estas aguas. El volumen total de los acuarios es superior a los 210 m3, distribuyéndose en nueve tanques expositores que hacen las delicias de grandes y pequeños. Como hemos comentado anteriormente, en Santa Pola han existido asentamientos humanos desde tiempos inmemoriales, cuyos restos arqueológicos han llegado hasta la actualidad y nos han servido para conocer la historia y costumbres de sus habitantes. Por ejemplo, encontramos los restos de la Casa Romana de “El Palmeral”, edificación lujosa que data del siglo IV d.C. con un gran patio rodeado de un corredor, en la que se han descubierto bonitos mosaicos y pinturas murales. Otro punto de interés de la localidad se sitúa en la zona del puerto, construcción que recibe por las tardes las descargas de las embarcaciones pesqueras que regresan de faenar. Posteriormente se realiza la subasta de todo lo recogido en la Lonja de Pescado, actividad tradicional que despierta gran curiosidad entre los foráneos. Ya en la Sierra de Santa Pola, en su borde sur, junto al acceso desde la CN-332 (Km 17), podemos visitar uno de los ejemplos de arquitectura tradicional de la historia de la localidad, el Molino de viento de La Calera, datado en el 1771. Situado en una especie de montículo donde soplaba fácilmente la brisa del mar, su peculiaridad radica en tener dos puertas de entrada o salida, una orientada al norte y otra al sur. Así, dependiendo de la dirección en la que soplara el viento, utilizaban una u otra, evitando el peligro del movimiento de las aspas. La primera planta se sabe que estaba destinada a dormitorio para el molinero.

Podemos realizar también una visita a las torres-vigía que existen en esta zona del litoral: La del Tamarit, la de Escaletes y la de Atalayola, en el actual faro. Estas tres torres se comunicaban entre sí por medio de humos durante el día y de luces en las horas nocturnas. La situación de la conocida Torre del Tamarit era más interior que el resto. Su función no era la de vigilar la zona de costa, sino que por su alejamiento de la línea de playa actuaba de enlace con las zonas del interior del campo de Elche, avisando de posibles peligros. Podemos disfrutar de esta emblemática construcción en la CN-332, a la altura de las Salinas de Bras del Port. La Torre de Escaletes era la encargada de mandar señales a la Torre Atalayola cuando se avistaba algún barco enemigo y estaba erigida frente a la Isla de Tabarca.

Por último, la Torre Atalayola fue construida en el siglo XVI y su función era intercambiar señales con la torre anterior y con la del Carabassí. Su puerta de entrada es lo que constituye la ventana del actual Faro de Santa Pola, ya que éste fue construido sobre dicha torre en el siglo XIX.

Ocio activo

Existe una amplia oferta en cuanto al ocio activo se refiere a lo largo de todo el año: polideportivos, piscinas, gimnasios y un puerto deportivo donde podemos realizar actividades náuticas.

Sus excelentes playas, con un total de 11 kilómetros, nos ofrecen la posibilidad de disfrutar del sol y el mar, contando con excelentes servicios, como acceso para minusválidos, puestos de socorro, WC, lavapiés, chiringuitos, etc. Además, en ellas podemos practicar muchos deportes, tales como voleibol, petanca, recorridos en patinetes acuáticos, etc.

El abanico de posibilidades a la hora de disfrutar de un buen baño se amplia en Santa Pola del Este, con pequeñas calas y aguas cristalinas para los que gusten de un ambiente más tranquilo y alejado de las masificaciones de las playas del centro. Otras posibilidades deportivas son la práctica del remo o la vela en el Club Náutico, y ya en zonas abiertas el esquí acuático, el wind-surf, la vela, la natación, el submarinismo o el kitesurf, nueva modalidad deportiva de gran éxito en la actualidad, que requiere una tabla de surf y una gran “cometa” para volar sobre las olas. Por otro lado, para los amantes del riesgo, los aficionados al parapente o ala delta encuentran en la zona del faro un lugar de excelentes condiciones para la práctica de estas modalidades deportivas. También es posible disfrutar del senderismo, con dos Senderos de Pequeño Recorrido señalizados. El P.R.V.-61 “Sierra de Santa Pola”, con un total de 13 kilómetros, apta para realizarse a pie y en bicicleta y una ruta cicloturista de unos 20 kilómetros y dificultad media.

Ocio nocturno

Si se quiere disfrutar del ocio nocturno, la zona cercana al castillo o la de “Gran Playa” están jalonadas de establecimientos donde tomar copas disfrutando de la música del momento en amplias terrazas al aire libre que, en verano, ayudan a sobrellevar mejor el calor.