Senderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de AlicanteSenderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de Alicante
Español Valencià

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INTRODUCCIÓN

Lo que conocemos como sal común se trata en realidad del mineral
Salero Nuevo, Villena.
conocido como halita (del griego halôs = sal). Recibe este nombre por ser una de las sustancias más “comunes” en la naturaleza y se compone, en estado puro, de moléculas de cloruro sódico formadas por átomos de los elementos químicos cloro y sodio.

Ambos elementos son indispensables para la vida y deben ser incorporados a nuestra dieta, por lo que el hombre buscó desde siempre la manera de proveerse de ellos. La ingesta normal de sal varía entre los diferentes países, de 5 a 15 gramos de sal al día para niños y adultos, no siendo recomendable el sobrepasar los 18 gramos.

Las evidencias más antiguas de la explotación de la sal en España las encontramos en la localidad de Cardona (Barcelona), donde se han relacionado los restos de un yacimiento del Neolítico con el laboreo de la sal. Asimismo, en ésta y otras localidades, se ha documentado la explotación de la sal por fenicios, romanos, visigodos y árabes. Las fuentes de suministro de cloruro sódico natural son, en esencia, tres: los yacimientos de sal gema, los manantiales salados de interior o el agua del mar. La importancia como productora de la provincia de Alicante, desde siempre, se pone de relieve en las numerosas explotaciones repartidas por toda su geografía. Su número fue Incluso mayor en el pasado ya que las dificultades en el transporte hicieron surgir pequeños aprovechamientos, de los que hoy conocemos muy poco. Hablamos de pequeñas explotaciones destinadas a abastecer los mercados locales, y así tenemos noticias de salinas en Orihuela, Albatera, Novelda, Sax, Monovar, Orito o Jávea.

Otras explotaciones no tan pequeñas han sido víctimas del abaratamiento de los costes de producción en tiempos más recientes. La evolución del mercado ha favorecido a las explotaciones más grandes, volviendo poco rentables los pequeños establecimientos. Tal es el caso de la Salina de Calpe, Agua Amarga, entre Alicante y Elche o las Salinas de Múrtulas, en Santa Pola, todas ellas salinas marítimas. Mención aparte merecería el caso de la desaparecida Laguna de Salinas, cuya extinción se explica únicamente por el agotamiento de sus copiosos manantiales. A pesar de todo, Alicante puede sentirse orgullosa hoy en día de producir toda la sal de la Comunidad Valenciana, siendo la principal región productora de España y una de las más importantes de Europa. Constituye además un caso singular, al coincidir en ella la explotación de las tres fuentes de sal posibles: sal gema en Pinoso, manantiales salobres en Villena y salinas marítimas en Santa Pola, e incluso explotaciones “mixtas” como la de Torrevieja, como luego trataremos de explicar.

ORIGEN DE LA SAL

El origen de la sal está en el origen del planeta. Mientras este se iba formando, durante la consolidación de las capas más externas de la litosfera se produjo la segregación de una costra, compuesta fundamentalmente por cuarzo y minerales alcalinos. Esta capa se vio sometida a la actividad volcánica que caracterizó a los primeros tiempos de la evolución del planeta, siendo la responsable de aportar cloruros, que son aquellas sales que al disociarse liberan cloro. Al mismo tiempo, el hidrotermalismo asociado a este proceso aportó un considerable volumen de vapor de agua a la atmósfera, cuya condensación fue el origen de las primeras precipitaciones. Se inicia así un proceso de lavado de las primitivas rocas, arrasando la casi totalidad del sodio contenido en los minerales, además de otros elementos como el cloro, hacia los océanos, mares y otras cuencas más reducidas que se estaban formando, siendo el origen de su salinidad.

En los mares y océanos actuales se produce cierta tasa de precipitación de las sales hacia el fondo pero, a pesar de ello, la concentración se mantiene más o menos constante a lo largo del tiempo. Ello se debe a que las pérdidas son compensadas por el aporte de los ríos, los cuales siguen lavando las sales de las cuencas de las que son deudoras. Los principales componentes del agua de mar son: cloro, calcio, boro, sodio, potasio, magnesio, silicio o sulfatos, otros menos abundantes como el bromo, el carbono,
La sal precipita formando agregados cristalinos de
formas cúbicas.
el estroncio o el flúor y algunas trazas de elementos como el nitrógeno, fósforo, yodo, etc. La fuente de salmuera para nuestras salinas marítimas, el Mar Mediterráneo, posee una concentración salina de aproximadamente 36 gramos por litro. La presencia de manantiales de aguas salobres en la provincia, aprovechados para alimentar las salinas de interior, se basa en la existencia de materiales con importantes depósitos de sales. Estos materiales se corresponden con lo que en Geología se conoce como la “facies del Keuper valenciano”. Se originaron por la fuerte evaporación que tuvo lugar en algunas cuencas marinas, que fueron ocupadas por el mar y quedaron después aisladas durante el período Triásico, hace más de doscientos millones de años. Posteriormente, al circular el agua del subsuelo en contacto con estos materiales, va disolviendo parte de sus sales, de forma que al aflorar han alcanzado una salinidad elevada.

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