Senderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de AlicanteSenderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de Alicante
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Presentación / Proceso de obtención    Pág. 01 | 02 | 03 | 04 | 05
   
Si continúa incrementándose la concentración, comenzará a precipitar el sulfato cálcico (CaSO4), otra sal que tampoco nos interesa en este caso y el proceso continúa hasta alcanzar los 300-325 gramos de sal por litro de agua (25º Bé). El último concentrador,
antes de pasar al siguiente grupo de balsas, recibe el nombre de “concentrador de cabecera”. El concentrador o concentradores de cabecera se controlan exhaustivamente, ya que son los encargados de alimentar con salmueras saturadas a los “cristalizadores”. Este último grupo de balsas ocupa una menor extensión, puesto que se ha reducido mucho el volumen de agua inicial, pero son las más importantes debido a que es en ellas donde se da la precipitación del cloruro sódico (NaCl), que es en definitiva la sal que buscamos. La sal precipita al formar agregados cristalinos, por lo que es más apropiado hablar de “cristalización” y por ello estas balsas reciben el nombre de cristalizadores. Esto ocurre cuando la salmuera alcanza los 325 gramos de sal por litro (o 25º Bé). Es muy importante evitar que la concentración no se incremente por encima de los 370 gramos por litro (30º Bé), ya que en ese caso comienzan a precipitar las sales de magnesio (MgSO4 y MgCl2) y por encima de los 34º Bé las de potasio (KBr), que otorgan al producto final un sabor amargo. Cuando se llega a los 370 g/l ya ha precipitado una pequeña proporción de sales de magnesio, pero esto no es malo, ya que son beneficiosas para la salud, además de mejorar los salazones al mantener cierto grado de humedad. Alcanzado este punto lo que se suele hacer es abrir las compuertas para dejar escapar el agua que todavía pueda quedar y entrar al estero a recoger la sal resultante. De esta forma vemos que se completa el circuito, que tiene entrada y salida al mar. Para obtener un producto de la mayor calidad es fundamental una adecuada proporción entre las diferentes balsas, que permita ir eliminando progresivamente de la salmuera los elementos que no deseamos y obtener una sal con la máxima riqueza en cloruro sódico en las balsas cristalizadoras. Para lograr esto, se calcula que la relación que debe existir entre la superficie que ocupan los calentadores y los cristalizadores debe ser de 9:1 ó 10:1, con arreglo a la disminución de volumen que experimenta el agua.

La sencillez, economía y sostenibilidad de las salinas radica en que la principal fuente de energía es el sol, que evapora el agua y pone en marcha los vientos que ayudan en el proceso. La materia prima por su parte, el agua de mar, se podría considerar inagotable. El litoral alicantino es, en este sentido, un lugar privilegiado para esta industria dada la idoneidad de su clima. Con casi 3.000 horas de sol al año, altas temperaturas, vientos constantes y escasas precipitaciones (menos de 300 litros anuales en el sur de la provincia), se consigue que la circulación de las aguas no se detenga totalmente durante los meses de invierno, consiguiendo un mayor rendimiento. En los meses de verano previos a la cosecha de la sal, la evaporación es tan intensa que puede hacer bajar el nivel de las balsas hasta dos centímetros diarios, obteniéndose costras de sal de hasta 18 centímetros de espesor.

Cosecha de sal en las salinas maritimas de
Bras del Port.

Un caso especial: Torrevieja

El caso de Torrevieja es especial desde que en 1972 se inaugurara el salmueroducto El Pinós - Torrevieja. A través de esta conducción, se aportan a la Laguna de Torrevieja las salmueras fruto de la disolución de los depósitos de sal gema del Cabezo de la Sal, situado en el término municipal de Pinoso. Estas salmueras poseen una alta concentración salina, próxima al punto en que comienza a cristalizar la sal y con ello se consigue que la Laguna de Torrevieja funcione como un gran estanque de cristalización. El papel de la Laguna de La Mata, por su parte, ha quedado reducido a la esporádica aportación de agua a la de Torrevieja para mantener así un nivel que permita la flotación de las barcas del sistema de recogida de la sal. La ventaja más importante de este sistema es que la sal se recoge durante ocho meses al año, sin necesidad de desecar la laguna, dragando directamente los fondos. Por otro lado se genera un problema, ya que las sales así obtenidas requieren una especial atención en el posterior proceso de lavado, debiendo utilizar diferentes salmueras en distintos pasos a fin de eliminar las impurezas y productos no deseados. Este lavado provoca la pérdida por redisolución de hasta el 28% de la sal que ya habíamos obtenido, pero la producción aún así es enorme. Al final, el resultado ha sido positivo, convirtiendo a El Pinós-Torrevieja-La Mata en el mayor complejo salinero de Europa.

Factores biológicos asociados a la producción de sal

Conforme se produce el aumento de la concentración salina en las diferentes balsas, las condiciones se vuelven más restrictivas para la vida. Pero aún en los estanques donde la salinidad es mayor, habitan organismos adaptados a estas condiciones extremas. En los primeras balsas del circuito todavía sobrevive la vegetación sumergida de origen marino, permitiendo también la vida de invertebrados y peces. Las salinas marítimas mediterráneas, por las características de su explotación, mantienen todo el año una gran superficie inundada capaz de atraer a numerosas aves acuáticas. En el caso de las salinas mediterráneas, su localización geográfica las sitúa en la trayectoria de las rutas migratorias que cada año utilizan miles de aves, por lo que su función ecológica trasciende el ámbito local y supera las fronteras nacionales. Cuando la salinidad oscila entre 70-150 g/l tiene lugar la formación de auténticos “tapices orgánicos” en el fondo de las balsas. Es el resultado del gran desarrollo que alcanzan las algas microscópicas del grupo de las cianofíceas, como Microcoelus. En este momento desaparecen la mayor parte de los macroorganismos, aunque estas aguas son utilizadas por las larvas de la mosca de las salinas. Además, aparece la artemia salina (Artemia sp.), un pequeño crustáceo de apenas unos milímetros, característico de estos ambientes que de esta forma elude ser comida por los peces.

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