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Para la explotación de la sal gema es necesario también un importante depósito de sales, pero no disperso como en el caso anterior, sino de tipo masivo. El origen de este tipo de depósitos es también producto de episodios de fuerte evaporación en grandes
El densímetro que permite medir
facilmente la salinidad durante el proceso
de evaporación de salmueras. cubetas que quedaron aisladas del mar. Después, para que el depósito formado perdure a lo largo del tiempo, debe quedar recubierto por otros materiales, como por ejemplo arcillas, de manera que quede protegido de posteriores disoluciones debidas a la acción de los elementos atmosféricos. Estos depósitos pueden quedar a mucha profundidad, de manera que sólo es factible su explotación cuando se ven sometidos a fenómenos de diapirismo: la sal es capaz de absorber la humedad del ambiente que la rodea (se dice que es higroscópica), hasta que llega un momento en que se convierte en una masa muy plástica que comienza a ascender por efecto de la presión y su baja densidad, atravesando estratos superiores y quedando a nuestra alcance.

Fundamentos químicos

El cloruro sódico (NaCl) es una sal neutra que contiene un 39,3% de sodio y un 60,7% de cloro, mostrándose como una sustancia de blanca a gris, translúcida o transparente, densa (2,19 g/cm3), que funde a 801º C y hierve a 1.440º C. Una propiedad interesante es que, disuelta en el agua, baja el punto de congelación de la misma y es el motivo por el que se esparce en las carreteras durante el invierno, impidiendo la formación de placas de hielo. Otra propiedad de las soluciones acuosas con sal es que conducen la electricidad y en este hecho se basa su poder para oxidar el hierro que se encuentra en contacto con ellas.

Como ya sabemos, la sal común se disuelve muy bien en el agua, dando soluciones con iones Cl- y Na+ hidratados, que llamamos también salmuera o lejía. Después, una vez va disminuyendo el volumen de agua que los mantiene en disolución, por efecto de la evaporación, los iones encuentran cada vez mayor dificultad para rodearse de moléculas de agua. Superado cierto umbral, los iones de cloro y sodio comienzan a unirse entre ellos, precipitando en forma de agregados cristalinos, en definitiva, sal. Este umbral puede variar en función de factores físicos como la temperatura del agua o químicos como la presencia de otros elementos, e incluso verse afectado por factores biológicos como la presencia de algas microscópicas. La concentración a la cual se produce la cristalización del cloruro sódico suele estar entre 22 – 30º Baumé (º Bé) aproximadamente. Para el seguimiento del proceso en las explotaciones salineras de evaporación de salmueras (la mayoría de las que se encuentran en España) se utiliza un sencillo instrumento llamado aerómetro, también denominado densímetro. Éste permite relacionar la densidad del agua con su concentración en sales y utilizan habitualmente una escala en grados Baumé. Podemos resumir diciendo que el control sobre el proceso de obtención de sal reside en el seguimiento y control de la concentración salina, ya que hay elementos en el agua que precipitan o cristalizan a diferentes concentraciones, lo cual nos permite su separación del cloruro sódico, que es el producto que buscamos. Esto se consigue con una separación efectiva en diferentes compartimentos con diferentes concentraciones, como ocurre por ejemplo en Santa Pola, el caso más habitual.

Minería subterránea

Los depósitos de sal gema más importantes de la provincia se encuentran en Pinoso. Aquí la sal fue explotada en el pasado mediante minería subterránea, a base de excavar galerías hasta llegar a la roca salada. Esta minería “convencional” ha sido sustituida hoy en día por la práctica de la disolución a través de sondeos profundos. Éste es un método que se utiliza para depósitos de sal gema masivos, de tipo domo, como es el caso. El sistema se basa en la disolución forzada por la inyección de agua desde la superficie a través de tuberías, directamente sobre la roca de sal gema. El agua proyectada a presión va disolviendo poco a poco la roca en las llamadas cámaras de disolución, siendo después aspirada la salmuera que se acumula en dichas cámaras. El único paso previo para el aprovechamiento de las salmueras obtenidas por este procedimiento suele ser la decantación, favoreciendo que se depositen y eliminen las partículas de tierra u otras impurezas que hubiera en suspensión. La sal es después recuperada por evaporación de la salmuera y cristalización, la cual se produce rápidamente al encontrarse la disolución prácticamente saturada, ya que contiene unos 21,5º Bé, el equivalente a 270-300 gramos de sal por litro.