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Senderos / Calpe / Historia, fiestas y tradiciones
   
Itinerario|La ciudad|Historia, fiestas y tradiciones|Infraestructuras|La Salina de Calpe

Historia

En primer lugar, matizar que es bastante difícil conocer cuál es el verdadero origen del nombre Calpe. Existe una teoría muy extendida entre la población que cuenta cómo Hércules, allá por el siglo XIII a.C., al contemplar el Peñón lo comparó con Gibraltar, llamado por aquel entonces Calpe, bautizando a este privilegiado lugar de la costa levantina con el mismo nombre. Otra teoría defiende que fueron los súbditos del rey númida Sifax los que le llamaron así en honor a dicho rey. Y como no hay dos sin tres, existe una tercera teoría y no por ello menos creíble, que aboga por que fueron los fenicios que al viajar por mar desde la zona del Peñón de Gibraltar o “ Calpe del Sur “, llegaron a esta localidad alicantina y denominaron al Peñón como Peñón de Ifach (que significa “del Norte” o “Boreal”) y así poder diferenciarlo del que conocían al sur de la Península. El gran interés despertado por esta localidad a lo largo de la historia nos lleva a encontrar gran cantidad de restos arqueológicos, sobre todo en la zona situada entre el Peñón de Ifach y el Morro de Toix, poniéndose de manifiesto que Calpe estuvo poblada desde tiempos muy remotos por íberos, fenicios, cartagineses, romanos, árabes y cristianos… hasta la actualidad. Todas estas civilizaciones escogieron la localidad bien como zona de paso o como un asentamiento estable. Ese interés suscitado viene dado en parte por su alto valor estratégico. No hay más que darse cuenta que desde lo alto del Peñón se observaría con facilidad, a cualquier nave que surcara estas aguas, y además por la zona interior no era muy difícil controlar el paso de viajeros. Estas dos importantes razones han sido la causa principal de los continuos ataques y grandes batallas libradas a fin de hacerse con el control de la ciudad. Después de romanos y árabes, Calpe seguía siendo objetivo de ataques provenientes de piratas y corsarios, dando lugar a numerosas historias dignas de ser contadas y que ponen de manifiesto la valentía de las gentes que habitaban aquí antaño. Estos continuos ataques que sufre la población, desencadenan la necesaria reforma de la fortificación de la ciudad, en la que entran a formar parte nuevas torres vigías, cuya importancia era crucial en aquella época como ya estamos viendo. En la historia local ha quedado la fecha del 3 de agosto de 1637, noche en que fue devastada por moriscos, trasladando a Argel a casi todos los habitantes. Debido a esto Calpe estuvo durante mucho tiempo prácticamente desierto, hasta que llegó el esperado momento del intercambio de presos y cantidades de oro. Tras la vuelta a casa, la población se dedicó a reforzar las defensas a fin de evitar que en lo sucesivo la población local sufriera un hecho igual.

En la actualidad, Calpe sigue teniendo un gran atractivo a todos los niveles, habiéndose producido poco a poco una nueva “invasión”, esta vez pacífica: la de infinidad de familias de muchas nacionalidades, sobre todo europeas, en busca de sol, playas y ambiente acogedor.

Fiestas

Uno de los atractivos principales de la ciudad son, sin duda alguna sus fiestas, pues destacan por su gran número y variada tipología. Las Fallas, fiesta popular en la cual se despide al invierno y se da la bienvenida a la esperada primavera, es uno de los acontecimientos más llamativos y que todos sus habitantes esperan cada año. Las calles se inundan de imágenes satíricas o ninots, que hacen las delicias de todos despertando mil y una sonrisas. La ciudad pasará a convertirse en un espectáculo de fuego la noche del 19 de marzo. En el mes de junio podemos disfrutar también de las conocidas Hogueras de San Juan, para pasar esta vez a darle esta vez la bienvenida al bullicioso verano. Y es, en medio de toda la actividad frenética de los meses estivales, hervidero de turistas de todas partes en busca del famoso sol y playa, cuando se celebra la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.

En el mes de julio se realiza la ofrenda a esta Virgen por parte de todos los marinos de la localidad, procesionando la imagen por todo el muelle. Allí, una barca, espera a la Virgen y recoge una corona de flores para lanzarla después al mar en homenaje a todos los marineros desaparecidos. También en verano, en el mes de agosto, encontramos la fiesta de la Virgen de las Nieves, donde bandas de música y “Tabaleters i Dolçainers” tradicionales de estas tierras recorren las calles haciéndonos disfrutar de la música y las “dançaes”, respectivamente. Ya en el mes de octubre, las fiestas de Moros y Cristianos en honor al Santísimo Cristo del Sudor, patrón de la Villa desde 1682, nos recuerdan la historia de este pueblo. En estas fiestas se recrea un desembarco moro con su consiguiente batalla, donde un intenso olor a pólvora se adueña del ambiente.

No hay que olvidar mencionar que Calpe también hace gala de celebraciones “lúdico-festivas” procedentes de otros países como por ejemplo Alemania, con la celebración en febrero del carnaval y la participación de numerosas agrupaciones que alegran las calles. También es muy conocida la Oktoberfest o Fiesta de la Cerveza, en octubre, con gran afluencia de visitantes de otras localidades que acuden a una inmensa carpa donde disfrutar de música y canciones típicas alemanas entre miles de litros de cerveza y las conocidas “salchichas”.

Gastronomía tradicional

En Calpe podemos encontrar infinidad de establecimientos donde deleitarnos con su gastronomía típica. La oferta se ha visto incrementada por el hecho de que, como hemos comentado anteriormente, muchos turistas provenientes de países europeos han elegido esta zona para vivir o disfrutar de un cálido y corto invierno, huyendo de las temperaturas extremadamente frías de sus países de origen. Es por ello, que podemos encontrar gran variedad de restaurantes de comida centroeuropea donde degustar sus platos más exquisitos y representativos. Pero si nos fijamos únicamente en los platos típicos tradicionales, vemos que han estado influenciados desde antaño por muchas civilizaciones que, a lo largo de la historia, estuvieron presentes en esta zona: fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes… Todas ellas han ido poniendo su pequeño granito de arena para así, poco a poco, dar lugar a una sólida y peculiar base para todos los platos.

Una parte fundamental de esta rica gastronomía es el arroz en sus diferentes variedades y acabados: seco, caldoso, salado y, además, cocinado combinado con infinidad de alimentos como carne de cerdo, conejo, pescado, atún y gambas etc. Entre todos, destacamos el “arròs de senyoret”. Todos estos platos se traducen en un festival de gustos para el paladar más exquisito. Por otra parte, no faltan en una buena mesa tanto los platos de carne como el magret de pato, el cabrito, conejo o perdiz, como los platos cuyo componente principal es el pescado. Debido a su gran tradición marinera, en Calpe, es fácil encontrar en el mercado una gran variedad de productos procedentes del mar. Tampoco podemos dejar de degustar la conocida “llauna de Calp”, el puchero de pulpo, el “cruet de peix”, la fideuà… ¡hay mucho y exquisito donde elegir!

También encontramos un vino bastante interesante, imprescindible a la hora de degustar una buena comida. El vino Peñón de Ifach, con coloración rubí y reflejos granate, es otro de los productos típicos tradicionales que nos ofrece la zona. Para los más golosos existe una amplia variedad de posibilidades. Los pastelitos de boniato, los dulces de Navidad, la mona de Pascua o el conocido “arrop i tallaetes” hacen las delicias de los más pequeños y dan un típico broche final a cualquier celebración.