Senderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de AlicanteSenderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de Alicante
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Senderos / Jávea / El saladar de Jávea
   
Itinerario|La ciudad|Historia, fiestas y tradiciones|Infraestructuras|El Saladar de Jávea


Introducción

Situación

Tras la actual línea de costa de la Bahía de Jávea, entre el Cabo de San Antonio y el Tossal Gros, se manifiesta la existencia de un antiguo golfo marino que con el tiempo quedó aislado del mar y fue rellenándose. En el sector que ha quedado con una cota más baja, conocido como El Saladar, existen evidencias a favor de su utilización como salina desde antiguo, puede que desde época romana.

Formación de la Albufera de Jávea

El origen geológico de este espacio está ligado a fenómenos de hundimiento que se repiten en muchas zonas del litoral mediterráneo y que tienen su origen en el desplazamiento de la Península Ibérica como consecuencia del movimiento de las placas terrestres. El resultado en esta zona de costa es la formación de un pequeño golfo que se ve invadido por el mar. En él desembocaba el río Gorgos y estuvo ocupado por el mar hasta hace unos 2 millones de años, entre el Plioceno y el Pleistoceno.

Como consecuencia de los vientos dominantes del noreste (los vientos actuales difieren ligeramente) comenzará a formarse una barrera litoral o restinga. El proceso de formación de este cordón litoral es también común al de otros humedales costeros de la provincia de Alicante y del Mediterráneo. Se debe a la acción de la corriente marina originada por este viento que sopla oblicuo a la costa, aportando gran cantidad de materiales detríticos a resultas de la erosión de la misma, algo a lo que también contribuye el río Gorgos. La corriente marina N-S actuará a su vez alineando los materiales y haciendo crecer la restinga de forma paralela a la costa. Como resultado se produce el cerramiento parcial del golfo, aunque durante un tiempo mantendrá su comunicación con el mar, pasando así a convertirse en una albufera. La manifestación actual de la restinga que cerró el golfo la vemos representada por lo que en Jávea es conocido como “Els Muntanyars”. El cordón litoral que forman está dividido en dos por la ensenada de la Fontana, donde hoy encontramos la Playa del Arenal. Por un lado tenemos el Primer Muntanyar o Muntanyar Baix con 7 metros de altitud máxima y que se apoya en el Cabo de San Antonio, extendiéndose uno 2,7 km hasta llegar a la Punta del Arenal. El Segon Muntanyar o Muntanyar Alt es más elevado, llegando a los 17 metros y alcanza mayor anchura, con una longitud de unos 2 km, casi hasta el Cabo de San Martín. Posteriormente, la albufera, resguardada de la influencia del mar, comenzará a colmatarse por el aporte de sedimentos que hace el río Gorgos, el cual presentaba episodios de fuertes avenidas tal y como nos relata Cavanilles a finales del siglo XVIII: [El río de Xaló desde su orígen hasta el término de Xábea va por entre montes y barrancos, que impiden se derrame aun en tiempo de lluvias; pero no bien llegado á las llanuras orientales inmediatas al Mediterráneo corre sin freno, y las inunda en sus furiosas avenidas; cubre de légamo muchos campos, de otros mas altos roba la tierra vegetal, alguna vez muda de cauce, y entonces inutiliza los puentes, y corta por algunos dias la comunicacion de modo, que ni los ganados pueden volver á sus casas, ni los vecinos salir á cultivar sus haciendas.].

Situación actual

Las dunas fosilizadas que constituyen Els Muntanyars han sido aprovechadas desde antiguo como canteras de piedra tosca, actividad que ha perdurado hasta los años 60 y que tiene su reflejo en las casas tradicionales del pueblo, con portales labrados con esta piedra. El uso actual que se le da es algo menos romántico, ya que han quedado ocupados por viales y segundas residencias. Con el fin de librar al pueblo de las avenidas del río, hacia 1960 se traslada la desembocadura que éste tenía en la Gola del Gos Salat, cerca de Les Duanes, a las cercanías de la Punta del Arenal. Para ello se abrió un canal artificial de unos 200 metros de largo, excavando a través de la piedra tosca para dar salida al río por la Gola de la Fontana. Se ha apuntado que el río tuvo por aquí una antigua salida natural, aunque ésta quedaba con frecuencia obstruida por depósitos de arena. Si ello fuese cierto, las obras de canalización no serían más que un retorno a un estado anterior. En 1963, con motivo de las obras del Parador Nacional, se acondiciona la Gola para destinarla a puerto deportivo, recobrando de alguna forma la función que tuvo tiempo atrás ya que se han encontrado aquí los restos de un antiguo muelle medieval. Hoy en día, la existencia en el pasado de una marisma en Jávea se pone de relieve a través de la toponimia local. Los nombres de El Saladar y El Salobre son una prueba de la presencia de antiguos humedales y, quizá en tiempos no muy lejanos, todavía se producían acumulaciones de agua en estas depresiones, obligando a la apertura de canales de avenamiento. En el sector conocido como El Salobre, este carácter marismeño se manifiesta también en la vegetación actual que encontramos.

¿Las salinas de Jávea?
Evidencias a favor de una explotación salinera

Existe en la Punta del Arenal un yacimiento conocido como “Banys de la Reina”. En él se observó un estanque principal que, como en el yacimiento homólogo de Calpe, de igual nombre y función, se utilizó probablemente como vivero de peces por los romanos.

Como parte de estas instalaciones se encontraron trece depósitos excavados en la piedra tosca característica del lugar y algunos más al otro lado de la ensenada, en la Punta del Castell. Estos depósitos se destinarían a la producción de atún salado o en salmuera, algo que bien pudiera parecerse a la “tonyna de sorra” que hoy consumimos y que tan típica es de nuestras comarcas. Para que se diera esta factoría debían concurrir, al menos, tres circunstancias: la existencia de una almadraba para la pesca del atún, una fuente de agua dulce y la posibilidad de abastecerse de sal. En Cala Sardinera hubo, hasta 1953, una almadraba en funcionamiento. Aunque la palabra que nos ha llegado para designar este arte de pesca proviene etimológicamente del árabe, era ya conocido por los romanos y anteriormente por los tartesos. Lo que se hacía era aprovechar los movimientos migratorios del atún rojo (Thunnus thynnus) por el Mediterráneo. Para ello se disponía un juego de redes que cercaban a los atunes que se desplazan cercanos a la costa, utilizándose en ocasiones animales de tiro para sacar las redes hacia la orilla. Conforme se iba cerrando el cerco y se reducía el espacio disponible, la violencia con que estos animales se debatían era tal que se hacía necesario golpear a los atunes para poder hacerse con ellos. De hecho, la palabra almadraba significa “lugar donde se golpea” y era necesario hacerlo, ya que se trata de grandes peces que llegan a alcanzar los dos metros de longitud y más de 200 kg de peso.
Para otro de los elementos necesarios en la factoría, el agua dulce, se ha sugerido la existencia de un “ullal”, una surgencia o manantial que mana en vertical desde un acuífero subyacente. Dicho manadero se encontraría en las inmediaciones de la Gola de la Fontana. Por último, aunque lo más importante en lo que a nosotros concierne, se habla de la presencia de unas salinas en el paraje conocido como El Salobre. Este llano alargado, de unos 700 x 250 metros, permanece todavía algo por debajo de los terrenos circundantes. Atravesando la restinga fósil del Muntanyar Alt, de forma perpendicular a la línea de costa, encontramos un canal o trinchera excavado en la propia roca y que es conocida como la Séquia de la Nòria. Tiene unos 200 metros de largo, 1,70 metros de ancho y, en algún punto, más de 4 metros de profundidad. La importancia de este canal radica en que pone en comunicación la depresión de El Salobre con el mar.


Explotación salinera del Saladar de Jávea.

Se ha sugerido la posibilidad de que el canal estuviese destinado a evacuar las aguas que se acumulaban en la zona, las cuales no encontraban salida al mar al llegar a esta hondonada. Por otra parte, existen evidencias de que bien pudiera servir como entrada de agua marina hacia unas supuestas salinas. La existencia de una ramificación y las marcas a modo de guía para encajar una compuerta en la roca son pruebas más que suficientes para Rosselló Verger de que su destino no era evacuar aguas, sino inundar a voluntad el lugar con agua salada y obtener así la sal como resultado de su evaporación.
Trinchera Noria de Jávea.
Para Cavanilles no existe ninguna duda del destino de la excavación y es tajante al afirmar que: [Al sur de la Fontana se conservan vestigios de lo que allí llaman Noria, que sirvió en otro tiempo para introducir las aguas del mar en canales, y guiarlas por estos á unas llanuras hondas, donde evaporadas se cristalizaba la sal comun.] La solera de la excavación, es decir el nivel del fondo de la
Acequia de la Noria.
acequia, se encuentra en la actualidad a unos 20 centímetros por encima del nivel del Mediterráneo, lo cual no permite en estos momentos la entrada de agua. Tampoco, en principio, en época romana, ya que está demostrado que entonces se produjo una pequeña retirada del mar (la llamada emersión de Florida o regresión romana), por lo que en esa época el canal debía encontrarse aún más alto.

Así que debemos pensar que el canal se excavó en época anterior o bien asumir el levantamiento y emersión de esta zona de costa en base a movimientos geológicos locales. Por otra parte, podemos deducir que el nombre dado cita una noria que podría haber servido para introducir el agua de mar en los canales, desde su creación o en una época posterior en que se produjo la retirada de éste y el agua ya no penetraba en el paraje por si sóla.