Senderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de AlicanteSenderos de la Sal - Guía de Itinerarios por las Salinas de la Provincia de Alicante
Español Valencià

Senderos / Alicante / Historia, fiestas y tradiciones
   
Itinerario|La ciudad|Historia, fiestas y tradiciones|Infraestructuras|El Saladar de Agua Amarga

Historia

Alicante es una ciudad con tres mil años de historia a sus espaldas. Los primeros núcleos habitados se localizaron en las laderas del monte Benacantil. Otro foco poblacional se sabe que se situaba en la zona del conocido Barrio de Benalúa, donde se alzó una ciudad romana conocida como Lucentum, que es el antecedente más inmediato de la población que hoy conocemos. También se han localizado poblamientos de la misma época en la Albufereta, al norte y en la Serra Grossa. Como datos históricos, comentar que Alfonso X el Sabio la conquistó para la Corona de Castilla en 1246 y fue en 1308 cuando Jaime I la incorporó al Reino de Valencia. Posteriormente, ya en 1490, Fernando el Católico le otorgó el título de Ciudad. Cien años después era el “puerto natural de Castilla” lo que dio lugar al desarrollo de una frenética actividad comercial marítima que conllevó un espectacular crecimiento económico y poblacional. Esto le valió ser considerada a todos los efectos la tercera ciudad de España. Han sido muchos los ataques perpetrados a esta bella localidad: durante el reinado de Carlos II, la armada francesa la bombardeó durante siete días consecutivos; poco después llegó la Guerra de Sucesión, donde la ciudad formó parte del bando de los Borbones y sufrió por parte de los ingleses la voladura de las defensas del castillo de Santa Bárbara. Destacar también su importante papel durante la Guerra de la Independencia, ya que disfrutó de las funciones como capital provisional del Reino, debido a que en esos momentos Valencia estaba ocupada por el mariscal Suchet. Durante el siglo XVIII fue recuperándose de todos estos abatares históricos y fue ya en el XIX cuando se inició una verdadera revolución económica y social. Con la llegada del ferrocarril en 1858, su conexión con el centro de la Península le aseguró gran importancia como puerto y salida al mar de todo ese territorio. En su historia queda el haber sido la primera localidad costera comunicada con Madrid por tren. Hoy en día, Alicante es una de las mayores y más bellas poblaciones de la Comunidad Valenciana.

Fiestas

Dentro de las fiestas que se celebran en Alicante encontramos un denso calendario festivo que se ofrece al visitante. Sin duda son Les Fogueres de Sant Joan las que gozan de mayor fama. Durante ellas la ciudad se transfigura. Docenas de monumentos de madera y cartón se alzan por todos los rincones. En ellos el humor y la sátira, criticando con ironía aspectos de la vida cotidiana y política, además de temas de actualidad durante ese mismo año, hacen brotar la sonrisa de quien las contempla. En la noche del 24 de junio y tras el disparo de una gran “palmera” de fuegos artificiales, caen pasto de las llamas ante la mirada de locales y visitantes.


Durante la festividad de las Hogueras de San Juan las calles
alicantinas se llenan de alegría, luz y color, haciendo
participes a todos los visitantes.

Esta celebración se enlaza con el día 29, día de San Pedro. A lo largo de esta celebración podemos disfrutar de vistosos desfiles, fantásticos castillos de fuegos artificiales y acudir a las populares Barracas que constituyen el centro de atracción para propios y extraños, además de bailar al son de las actuaciones musicales nocturnas al aire libre en muchos “racons foguerers”. Otra destacada festividad es la Romería de Santa Faz, el segundo jueves siguiente al Jueves Santo. En este peregrinaje se congregan miles de romeros venidos tanto de Alicante como de localidades cercanas para venerar la reliquia de la Santa Faz. En las inmediaciones de la Iglesia de Santa Faz se monta una gran feria con infinidad de puestos, donde se venden toda clase de objetos de cerámica, en especial
Imagen del traje típico alicantino.
botijos. Otra de las celebraciones son las fiestas de Moros y Cristianos. Existen varias comparsas moras y cristianas que desfilan haciendo gala de sus bonitos y elaborados trajes, despertando la admiración de los alicantinos. En el mes de febrero se celebra el Carnaval, fiestas durante las cuales el pueblo alicantino se lanza a las calles ataviados, con divertidos disfraces hechos para la ocasión. La Semana Santa tiene especial relevancia, en especial las procesiones que se realizan en el Barrio de Santa Cruz, a los pies del Monte Benacantil. En este barrio de estrechas callejuelas se celebran también las Cruces de Mayo, donde son engalanadas sus calles.

Gastronomía Tradicional

Como en toda capital de provincia, en Alicante existen infinidad de establecimientos donde disfrutar de la gastronomía típica de esta, además de poder desplazarnos en época estival a zonas cercanas eminentemente turísticas como Urbanova o Arenales del Sol. Pueblo marinero al cien por cien, la gastronomía alicantina está ligada al mar. Los salazones son productos típicos de estas tierras, destacando por ejemplo la mojama, las huevas, el bacalao, las anchoas o el pulpo seco. Son utilizados normalmente como entrada antes de cualquier comida o como aperitivo en forma de “montaditos”. Otro punto fuerte de la gastronomía alicantina son los calamares rellenos, el suquet de peix o el gazpacho de mero y gambas, todo ello sin olvidar la cocina internacional que le ofrecerán asimismo muchos restaurantes de la ciudad.

El arroz es uno de los ingredientes principales que podemos encontrar en muchos de los platos a degustar. Existen diferentes tipos, entre los que podemos elegir el arroz a la alicantina, cuyos ingredientes básicos son el pollo, el marisco y la popular ñora. Otras variedades son el caldero, el arroz a banda, el arroz con costra, el arroz negro... Frutas como naranjas, nísperos, uvas o higos, además de excelente helado, son postres típicos de la ciudad. En cuanto a los vinos, podemos complementar todas nuestras comidas con excelentes caldos nacidos en esta provincia como, por ejemplo, los blancos y rosados de La Marina, los tintos del Vinalopó, el clásico “Fondillón” o dulces mistelas. Todas estas variedades tienen gran prestigio fuera de nuestras fronteras y, poco a poco, van haciéndose un lugar importante en este mundo de tanta competencia.